Luego de haber hablado de distintos instrumentos de inversión, hoy es el turno de los bonos. Los mismos son instrumentos de deuda que emiten, ya sea un ente público (gobierno, estados provinciales o municipales) o un ente privado (empresas), para conseguir fondos que serán destinados a un objetivo del ente en particular. Por ejemplo, el ente público puede usar el dinero para la creación de una autopista o de una escuela, mientras que el privado puede derivarlo a una ampliación de su planta industrial o a una nueva maquinaria.
Dichos entes (gobierno o privados) prometen devolver el capital obtenido mediante el bono, además de un interés, que se pacta previamente. A estas devolución se las conoce normalmente como cupón y es lo que determina que el instrumento sea de renta fija. Esta herramienta es la más utilizada para que los entes puedan financiarse, y dependiendo la calidad de los mismos, la certeza de pago irá variando, es decir, si una empresa no es solvente o tiene problemas económicos, su calidad crediticia no será la mejor, por ende, es muy probable que no pague su deuda. En cambio, empresas que tienen un alto grado de solvencia, suelen pagar en tiempo y forma sus obligaciones.
Es importante destacar que en el caso de que el emisor del bono sea un privado, estaremos hablando de obligaciones negociables, mientras que si el emisor es público, nos encontraremos con letras y justamente bonos, los cuales pueden estar atados a un índice como el CER, o alguno de la misma índole.
También podemos ver bonos como referencia, es decir, el bono del tesoro americano es referencia ya que en teoría es el único que es libre de riesgo, pero este último concepto lo abordaremos más adelante.
No debemos perder de vista que al comprar un bono lo que hacemos es otorgar un préstamo con alguno de los entes mencionados anteriormente, es por esto que el dinero que usamos para comprar el instrumento va hacia las arcas del emisor, dicho dinero será llamado como capital. Mientras que la devolución que nos hará el susodicho se dará en cupones, por último, y dependiendo de la composición del bono, dichos cupones pueden venir con un interés, es decir, de ahí podemos sacar una tasa, concepto que hemos hablado anteriormente. Si bien es normal que muchos bonos paguen trimestral, semestral o anualmente, no debemos asustarnos si encontramos instrumentos que paguen todo el capital más intereses al vencimiento. Estos son conocidos como bonos de cupón cero.
Para comenzar a diferenciar, además de los bonos cupón cero, tenemos bonos con cupón fijo (los cuales reparten un interés fijo periódicamente) o los cupón flotante (atan los intereses a un tipo flotante dentro del mercado, aquí podrían ser los bonos CER). También podemos diferenciarlos por, como mencionamos anteriormente, su calidad crediticia. Aquí veremos dos tipos, los bonos con grado de inversión y los de alto rendimiento.
Los primeros cuentan con una calificación crediticia, lo que supone un bajo riesgo de no pagar su obligación, mientras que los de alto rendimiento, tienen baja calidad crediticia, alto riesgo de impago, pero un rendimiento alto correspondiente al riesgo asumido.
Otros bonos cuentan con distintas características, por ejemplo, los bonos convertibles (contienen la opción de poder canjearlo por acciones de la empresa a la cual adquirimos el bono), los bonos canjeables (símiles a los convertibles pero pueden canjearse por acciones ya existentes, los convertibles deben pasar por una emisión previa con un precio fijado anteriormente). Por último tenemos los bonos de caja, que son emitidos por una empresa, la cual devolverá el capital al vencimiento pactado y los bonos de deuda perpetua, los cuales nunca devuelven el capital principal sino que van devolviendo intereses de forma vitalicia, cabe destacar que son muy sensibles a variaciones en el tipo de interés, ya que su cotización depende en su totalidad de esta variable.
Para concluir, destacamos a los bonos como un gran instrumento de renta fija, ya sea en sus diversas composiciones, puede interesar a los distintos perfiles ya sean plenamente conservadores o quieran resguardar un porcentaje de su capital.