Al momento de invertir, solemos buscar distintos instrumentos basándonos en objetivos, intereses, rendimientos y otros factores personales para tomar una decisión. Ya hemos hablado del rol de la tasa de interés, además de compararlo en distintas situaciones, como un crecimiento de la economía o el inicio de una recesión.
Ahora bien, un instrumento muy interesante para invertir son las Obligaciones negociables. Las mismas son bonos emitidos por una empresa, hecho que las diferencia de los bonos tradicionales que emiten los gobiernos. El funcionamiento es el mismo, podemos comprarlos tanto en mercado primario (licitación de la empresa) o en mercado secundario, (el mercado operando normalmente)
Dicho instrumento presenta ventajas a considerar, como la posibilidad de conocer de antemano cuál será la rentabilidad obtenida al final del periodo, el armado de un flujo de fondos conveniente, es decir, podemos crear la estrategia que más nos convenga teniendo en cuenta los vencimientos de los cupones o del bono en cuestión. Otros puntos fuertes que nos gustaría destacar son; en primer lugar, la diversificación (algo que mencionamos en anteriores oportunidades) es decir, poder optar entre distintas empresas para acrecentar nuestro portafolio disminuyendo el riesgo.
Por otro lado, los rendimientos de las ON suelen ser superiores a los de los bonos nacionales, esto claro está, ocurre porque el riesgo asumido por el privado, es mayor que el riesgo comprendido por el estado. Además de diversos factores como la realidad macroeconómica del país, y la realidad de la empresa, desarrollada en sus estados contables. También podemos acudir a la CNV para conocer los hechos relevantes de empresas en las cuales hemos invertido y así averiguar información que no debemos pasar por alto.
Nos encontramos con un factor muy importante en la realidad de las ON, la liquidez. ¿por qué es tan relevante? simple, no tiene la misma liquidez una acción, un cedear, que una ON. Esto ocurre porque los inversores que eligen las ON, lo hacen pensando en el vencimiento, tengamos en cuenta que aquí también invierten bancos u otras empresas buscando aprovechar las ventajas ya mencionadas.
Las ON tienen distintas clases, las mismas se distinguen por la calificación crediticia que les dan dichos entes, las calificadoras de riesgo. ¿Qué nos dice esta calificación? Si encontramos una ON, con una calificación alta, lo más probable es que el rendimiento no sea tan elevado como una ON con calificaciones bajas o muy bajas, ya que estas para ser atractivas deben ofrecer un rendimiento muy alto, algo que a veces es exagerado.
Hay obligaciones negociables que se rigen bajo la ley extranjera,
y algunas que se operan bajo la ley nacional, la diferencia se sostiene en que algunas empresas prefieren que su obligación rige sobre una ley extranjera (Ley NY) debido a que en caso de que haya un juicio o una instancia judicial, la tendencia es que la corte extranjera es más parcial que la nacional. Si bien este es un tema meramente judicial, la experiencia nos indica el cuidado y el porqué las obligaciones con ley extranjera suelen ser un poco más caras que las obligaciones de ley nacional.
Para concluir, en un contexto en el cual no hay muchos instrumentos para operar con dólares, debemos destacar que las ON ofrecen retornos en dólares, ya sean en dólar Mep o en dólar cable dependiendo el prospecto cuando son emitidas. Una alternativa interesante en tiempos donde la operativa en moneda extranjera es cada vez más limitada.
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