El Gobierno redobla su apuesta por la desregulación: anunció que reducirá a la mitad los controles de la ANMAT y que simplificará fuertemente las normas de la Aduana. La movida está liderada por Federico Sturzenegger, actual ministro de Desregulación y Transformación del Estado, en línea con su objetivo de recortar costos y achicar el Estado. Los cambios no vienen solos: ya se dieron de baja 50.000 empleados públicos desde diciembre, y el plan avanza sobre organismos como SENASA, INTA y hasta la obra pública nacional, donde se busca transferir responsabilidades al sector privado y a las provincias.
La idea es clara: menos trabas, más dinamismo. Por eso también se proyecta permitir contratar seguros en el exterior y concesionar las vías de trenes a empresas privadas. Incluso, se analiza importar vacunas más baratas desde Uruguay para reducir costos en el campo. El modelo, sin embargo, genera preguntas. ¿Qué impacto tendrá una menor regulación en áreas sensibles como alimentos, salud y comercio exterior? ¿Puede esta estrategia traducirse en mayor eficiencia sin perder controles clave? ¿Estás a favor de que se reduzcan regulaciones como las de ANMAT y Aduana? ¿Qué riesgos y beneficios ves?